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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Santiago, un patriota

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N o puedo dejar pasar este día sin hacer mi pequeño homenaje a Santiago Carrillo. Creo que todo lo que se pueda escribir para ensalzar su figura se queda corto. Difamado por unos, idolatrado por otros, no fue más que un hombre normal,  de la calle, responsable y patriota .  Sí, patriota, porque fue uno de los muchos hombres que creyeron en una España libre en los años 30; uno de los pocos hombres que dio la cara por España en el 36, cuando otros camaradas huían o se escondían en sus casas, cuando otros tantos hombres fueron seducidos por la Cruzada Fascistoide y Pseudo-religiosa; porque fue uno de los poquísimos hombres que dio la cara por la libertad cuando lo recomendable era besarle el culo a Franco. Porque sacrificó a su Partido Comunista por la unidad de España. Porque fue uno de los tres Hombres que se mantuvieron erguidos en el  Congreso en el día en que nuestra querida democracia podía haberse ido de vareta. Por todo esto y mucho más que ahora olvido o no sé, Sa

Sonrisas y falsedad

Nunca o rara vez he malgastado una sonrisa. Cuando no me sale, no me sale, y punto. Siempre me han sorprendido esos presentadores de televisión, esos actores de publicidad, esos políticos, y esa gente de la calle, o conocidos que te sonríen sin motivo. No debo de ser simpático, porque a mí no me sale con esa facilidad. Quizá de aquí vino mi fama de borde, de tipo serio... Inmerecida, injustísima. Simplemente no me sale, y no por eso dejo de ser un tipo alegre, o dejo de estar contento en un momento determinado. Y me gusta ser así. Con el tiempo he comprendido el problema. No hay problema. O el problema es de quienes no comprenden que por no sonreír uno no está a gusto, de quienes sonríen sin motivo, o por quedar bien, o por "poner buena cara". Por ser falsos, en definitiva. Lo entiendo si se trata de actores: es su trabajo. Pero me cansa la gente que hace de su vida una gran obra de teatro. Y también me cansa que me lo exijan: es el colmo del asunto. Yo sonrío poco, cuando

Examen de conciencia y re-presentación

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Hoy hace siete años del inicio de esta pequeña aventura personal que en un principio consistía en desnudarme, a mi manera. Esta tarde le he dado un manguerazo al blog (sin ser todavía consciente del feliz aniversario) y he aprovechado para hacer también un poco de limpieza interior, para observarme desde el futuro y para mirarme en el espejo del pasado. No he borrado ni he retocado nada (he volcado en este espacio otros textos que tenía en FB y que debería haber publicado aquí en su momento). Ya está todo en orden. He releído casi todo y he pensado y repensado mucho las cosas que escribí, sobre todo al principio, en 2005 y 2006. Me ha gustado lo que he visto: no ha cambiado mi forma de pensar, pero ahora soy menos borde. Hace siete años, un día como hoy,  me encontraba en un momento de cierta crisis profesional: mi trabajo de becario en la DG se acercaba a su fin, y no le veía ninguna salida a aquella experiencia que tan bien me habían pintado al comienzo. A duras penas me daba para