Examen de conciencia y re-presentación

Hoy hace siete años del inicio de esta pequeña aventura personal que en un principio consistía en desnudarme, a mi manera. Esta tarde le he dado un manguerazo al blog (sin ser todavía consciente del feliz aniversario) y he aprovechado para hacer también un poco de limpieza interior, para observarme desde el futuro y para mirarme en el espejo del pasado. No he borrado ni he retocado nada (he volcado en este espacio otros textos que tenía en FB y que debería haber publicado aquí en su momento). Ya está todo en orden. He releído casi todo y he pensado y repensado mucho las cosas que escribí, sobre todo al principio, en 2005 y 2006. Me ha gustado lo que he visto: no ha cambiado mi forma de pensar, pero ahora soy menos borde.

Hace siete años, un día como hoy,  me encontraba en un momento de cierta crisis profesional: mi trabajo de becario en la DG se acercaba a su fin, y no le veía ninguna salida a aquella experiencia que tan bien me habían pintado al comienzo. A duras penas me daba para llegar a fin de mes y no había manera de encontrar ese anhelado trabajo de periodista en Madrid. Y no era por falta de currículum: dos años de prácticas en el diario de La Rioja, otros dos en Madrid en la DG, contactos... Menuda moto me habían vendido. He de reconocer que no vine a Madrid con grandes pretensiones profesionales. Quizá este fue y sigue siendo mi gran fallo. Vine para vivir en una gran ciudad, para pateármela, para observar y pasar desapercibido, para construirme una vida auténtica, diferente, y poder compartirla con unos pocos afortunados. Mientras otros esparcían sus CV por aquí y por allá, yo decidí hacer la guerra por mi cuenta y arranqué este blog, para no perder el gusanillo de escribir y publicar. Más adelante llegó el trabajo de periodista, y de publicista, y hasta de fotógrafo, y todo a la vez, y dejé de tener tanto tiempo para el blog, y lo abandoné bastante.

Hoy, siete años después, vuelvo a tener tiempo, y ganas. Estoy decepcionado con la profesión para la que me formé, pero no he perdido lo más importante, que es el placer por escribir, y por seguir paseando, y seguir observando, y seguir disfrutando de cada instante que me regale la vida.

No sé cuánto escribiré aquí: a parte de menos borde, me he vuelto más pudoroso. Además, tampoco creo mucho en el formato blog: dicen que está en las últimas o algo así. Hoy solo pretendía compartir este peculiar aniversario y mostrar que sigo en la brecha.



Los que a menudo tenemos la suerte de gozar detiempo libre, podemos permitirnos el lujo de recrear el pasado,  y también de soñar con el futuro e, incluso, de vivir a tope el presente.




Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo del odio

El sentido natural de la Navidad

El demonio ha muerto... cuidado