El sueño nacionalista y la muerte del Barça

(Esto que escribo tiene mucho de política ficción y es también un ejercicio de responsabilidad como ciudadano español. Mi objetivo es llegar al menos a un independentista catalán. Muy probablemente nunca ocurra nada de esto, o así lo espero)

Ha llegado el momento de mezclar deporte y política, porque la hipotética independencia catalana supondrá, además de otras muchas consecuencias en asuntos más importantes, un gran perjuicio para el deporte catalán (y el español, aunque en menor medida). Me espanta ver cómo los independentistas ocultan o niegan estas y otras consecuencias necesarias de su desafío soberanista. Llego a creer que realmente ni se las han planteado. El independentismo catalán, como todo movimiento nacionalista (romántico, sentimentalista...) no tiene los pies en el suelo: vive su día a día en Babia. El día que Catalunya se independice, se acabará el sueño y muchos que hayan votado a favor abrirán los ojos a una realidad muy diferente de la que esperan, y sin vuelta atrás.

Lo veo así y lo llevo comprobando hace tiempo, hablando con culés y con independentistas que se ríen en mi cara cuando les aseguro, bastante convencido, que su Barça ‘indepe’ no jugará la liga de fútbol española. El presidente de la Liga, Javier Tebas, lo ha confirmado esta mañana: ni el Barça ni ningún equipo catalán la jugarán. Es bastante lógico, pero no para los ‘indepes’, que, paradójicamente, sí quieren que su Barça siga jugando la Liga de España. ¿No es absurdo que para esto sí quieran estar en España? Lo es, como lo son otros aspectos de este desafío de los que tampoco se ha hablado todavía, ni se hará, por lo que se ve, hasta que ya no haya vuelta atrás.

Hago especial hincapié en el protagonismo del F.C. Barcelona en todo este proceso, un equipo de fútbol convertido quizá en su mayor instrumento de propaganda nacionalista, una Farsa desde hace años: quizá toda su historia lo ha sido. La presión y las esteladas del Camp Nou han terminado de convertir a la causa secesionista a muchos catalanes que ahora sueñan con una gran Catalunya independiente, rica y poderosa en Europa. Pero, ¿han pensado que, para empezar, su gran herramienta política, su Barça, no podrá mantener ni de lejos una plantilla como la actual? ¿Se dan cuenta de que su gran Barça (y de muchos españoles no catalanes, por cierto) pasará a una segunda o tercera fila en el panorama internacional? Y eso cuando la UEFA admita al fútbol catalán, que no será pronto. En definitiva, la independencia será el fin del Barça al nivel que lo conocemos ahora, y no descartaría su desaparición por quiebra o cualquier otro motivo provocado por el proceso.


¿Los ‘indepes’ no se plantean todo esto? Es bastante deducible que será así. ¿Entonces? ¿No lo han consultado? ¿Al menos se lo han planteado? ¿Sus representantes políticos lo saben ya y tienen la sangre fría de ocultarlo para no perder votos a favor? ¿Cuántos culés dejarían de ser independentistas si supieran que probablemente su Barça se irá a la mierda? Y más allá del deporte, ¿cuántos independentistas se han planteado de verdad las consecuencias reales en otros ámbitos de esta absurda y anacrónica postura política? Porque los políticos nacionalistas que les gobiernan no se las van a decir hasta que ya no haya vuelta atrás. A lo mejor, insisto, no lo saben ni los propios políticos. Da la sensación de que el plan es este: primero independencia y luego felicidad en el paraíso. ¡Es una locura! “El amor también es una locura y es lo más bonito y auténtico de la vida”, me contesta un ‘indepe’ con esa media sonrisita tonta que se le pone porque tiene respuesta para todo en este tema, y me vuelve a afirmar: “el Barça va a seguir jugando la Liga de España”... 

Así pues, entiendo que el éxito del ‘procés’ independentista se basará en la ignorancia responsable de sus votantes y también en la de sus propios actores políticos. Y llegado a este punto, me planteo también la responsabilidad de los gobernantes españoles por no haber combatido esta mala educación nacionalista y tanta desinformación en Catalunya, y también la responsabilidad en definitiva de todos los españoles, por no ser más activos en la lucha contra este horrible cáncer que nos afecta a todos, tengamos o no amigos o familiares catalanes. Todos los españoles somos Catalunya, como también somos Asturias, La Rioja, Murcia, Andalucía, etc. ¡Nos afecta!

En mi caso, además de amigos y más familia, tengo dos sobrinitas catalanas y socias del Barça y me gustaría poder ver con ellas un Barça-Madrid de Liga en el Camp Nou en un futuro próximo. Sueño con ello. También sueño con poder hablar sobre política y fútbol por separado con ellas cuando sean más mayores. Sueño que en esas conversaciones no está presente el fantasma independentista, que el cáncer ya está curado, y nos reímos del oscurantismo en el que vivió la sociedad catalana durante muchos años. Pues sí, yo también sueño como sueñan hoy los nacionalistas con su independencia, y espero que algún día ya despertemos todos juntos de este maldito coma y veamos ese partidazo juntos, y que gane el mejor.


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