Infinito

"No volverás a ver la mirada triste del chico que observaba el infinito".

Parece una despedida. Por ahora me quedo con la mirada del chico. ¿Observar el infinito, no es mirarse a uno mismo? Pienso que el que mira al infinito en realidad no observa nada 'objetivo'. ¿No es esa la mirada del que sueña?

Pero es una mirada triste. ¿Cómo alguien que se mira con tristeza a sí mismo puede observar el infinito? ¿La gente triste sueña?

No contestaré por ahora. Mejor voy a 'realizar' el lamento en cuestión. Pongámosle pies y cabeza. Primero un espacio: el infinito se transforma en el horizonte de una puesta de sol. Añadimos un tiempo: el infinito se transforma en los recuerdos del pasado y en los sueños para el futuro. El hecho cobra vida en el presente: ¿Un chico sin esperanzas? ¿Qué o quién se las ha robado? ¿Por qué su caminar ya no tiene sentido? Y, volviendo al principio, ¿por qué se despide? ¿Se despide de 'su infinito'?

Si caminas con tristeza debes armarte de valor y buscar otro 'infinito' que alegre tus pasos... Infinitas miradas, infinitos pasos, infinitos destinos. Mirada alegre, paso firme, destino seguro, chic@ ;)

(Hoy tocaba hablar de las bacanales de la vendimia, pero justo me ha venido a la cabeza este lamento de Enrique Bunbury)

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